martes, 9 de diciembre de 2014
8 de Diciembre: Inmaculada Concepción
¡QUIÉN PUDIERA
COMO TÚ, MARÍA!
Llamas,
María, silenciosamente, acompañada y rodeada de Misterios;
y
lo haces así, porque tu vida fue grande en el silencio;
porque
Dios, y nadie más, ocupó lo más santo de tus entrañas…
¡QUIÉN PUDIERA
COMO TÚ, MARÍA!
Decir
al mundo que en la pequeñez está el secreto de la felicidad y
el asombro.
Que
en la humildad se funde la llave para conquistar a Dios;
que
en la docilidad es donde uno se llena de la fuerza divina.
¡QUIÉN PUDIERA
COMO TÚ, MARÍA INMACULADA!
Poseer
aquella perfección que al mismo Dios enamora…
Responder
siempre “SI” sin mirar a lo que atrás se deja.
Ofrecer
al Señor el campo de nuestro interior, limpio
y convertido, cuidado y reluciente…
Gracias,
Virgen Inmaculada: eres don y regalo.
Don
para nuestra Iglesia.
Regalo
para todo el pueblo que, en nuestras luchas y debilidades, rezamos, cantamos,
proclamamos y veneramos tu inmensa pureza de Madre coronada de estrellas. Amén.
Javier
Leoz.
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